No prólogo da tradução espanhola da Geografia Humana de A. J. e F. D. Henderson (Barcelona, 1927), diz Juan Palan Vera:

"El espiritu moderno, investigador e impregnado de un hondo sentimiento de lo humano, exige algo más que listas de ciudades y cabos o de áridas colunas de números. Necessitamos saber qué han de significar para nosotros los hombres, essas cordilleras que nos detienen, esos mares que nos atraen, esas regiones remotas y exóticas que conocemos por su aspecto pintoresco, esses grandes rios a cuyas orillas se levantan enormes ciudades.

Queremos indagar las causas que mantienen a unos pueblos en la miseria y que levantan otros hasta las cumbres da opulencia y el progreso. Queremos conocer qué es lo que la vida de un pueblo debe al ambiente en que se ha desarrollado y qué debemos atribuir a su libre esfuerzo; en una palabra: la exigencia estriba en conocer las relaciones que existen entre la actividad humana y los fenómenos de la geografia fisica".

É nesse sentido, para a Geografia Humana, o estudo de "causas e efeitos", segundo Norwood, quanto à moderna orientação dos estudos geográficos.

A propósito de biogeografia, publiquei no Correio da Manhã, de 6 de outubro de 1932, um artigo em que defini o "Triângulo da eficiência", das realizações biogeográficas no Brasil, formado pelas três organizações seguintes, subordinadas ao estudo acurado de nossas cousas e nossa gente, à luz da ciência universal

1- A tecnologia, realizadora.

2- A eutecnia ou educação, orientadora.